Por Juan Pablo Ojeda

 

La presidenta Claudia Sheinbaum dio una señal clara de hacia dónde quiere mover la política laboral en los próximos meses: acuerdos amplios, negociación constante y cambios que toquen directamente la vida diaria de las y los trabajadores. Durante la mañanera del pueblo, la mandataria confirmó que la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales está más cerca que nunca de convertirse en una propuesta formal.

Según explicó, ya existe un consenso prácticamente amarrado entre el Gobierno federal, el sector empresarial y las representaciones de trabajadores. Y aunque el anuncio oficial se hará antes de que termine el año, la ruta legislativa apunta a que la discusión y aprobación podría concretarse hasta 2026, cuando el Congreso retome su periodo ordinario.

Sheinbaum insistió en que esta reforma no llegará al Legislativo hasta que las partes involucradas estén alineadas. Recalcó que este método de acuerdos amplios fue el que permitió destrabar reformas complejas en el pasado, como las modificaciones al outsourcing y la reforma de pensiones. Para ella, la clave no es la prisa, sino asegurar que la iniciativa nazca fuerte, respaldada y con posibilidades reales de implementarse sin fricciones.

La presidenta también explicó que la reducción de la jornada sería gradual para no afectar la operación de las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, que suelen resentir cambios laborales abruptos.

Paralelamente, Sheinbaum adelantó que el aumento al salario mínimo para 2026 ya está prácticamente cerrado. Dijo que la negociación avanza “muy bien” y que el porcentaje se dará a conocer en los próximos días, nuevamente bajo el mismo modelo de consensos tripartitos. La instrucción ha sido mantener un equilibrio entre mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores y evitar un impacto negativo en la estabilidad económica del país.

El titular de la Secretaría del Trabajo, Marath Baruch Bolaños, continúa encabezando las mesas técnicas para afinar los puntos finales de ambas medidas. Con la jornada de 40 horas y un nuevo aumento salarial en puerta, el gobierno busca consolidar una política laboral enfocada en el bienestar, la justicia en el trabajo y la recuperación del bolsillo de millones de familias mexicanas.

En ese contexto, 2026 se perfila como un año clave: será cuando esta reforma laboral—una de las más esperadas por la clase trabajadora—finalmente llegue al Congreso para ser votada. Mientras tanto, Sheinbaum ya prepara el terreno político y social para que el cambio llegue con la mayor legitimidad posible.

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