Por Bruno Cortés
El coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira Valdez, está empujando fuerte para que el Congreso se convierta en lo que debería ser: un espacio real de rendición de cuentas. Ayer presentó formalmente la solicitud para que todas y todos los secretarios de Estado comparezcan ante el Pleno, y la propuesta ya fue aceptada por la Junta de Coordinación Política que preside Ricardo Monreal. Ahora lo que falta es que se arme el calendario y se confirme quién va primero.
La lógica detrás de la exigencia es sencilla: el Congreso está a punto de revisar el Paquete Económico 2026, y antes de autorizar cómo se gastará el dinero público, los legisladores quieren que cada secretario explique qué ha hecho con los recursos que ya tiene y qué justifica lo que está pidiendo para el próximo año. Moreira lo resumió en pocas palabras: “queremos que vengan todos, porque hay que discutir los malos números que tienen en muchas áreas y los presupuestos futuros”.
Los temas no son menores. El Paquete 2026 plantea recortes en áreas sensibles como cultura, salud y el INAH, además de la desaparición de la Comisión Nacional de Zonas Áridas, lo cual afecta directamente a comunidades que ya sufren por sequías y falta de apoyo técnico. Pero Moreira también puso el dedo en la llaga sobre Seguridad Nacional, exigiendo que los titulares de Marina y Defensa acudan, sobre todo después de los señalamientos de vínculos de marinos con el llamado huachicol fiscal.
Y no se queda ahí. También pedirá la presencia del secretario de Hacienda, Edgar Amador Zamora, para que explique por qué el gobierno plantea nuevos aranceles y al mismo tiempo no destina presupuesto suficiente para mejorar el salario de médicos, enfermeras, policías y otros servidores públicos esenciales.
En pocas palabras, la intención del PRI es que el Congreso no sea un mero buzón que aprueba cuentas sin cuestionar. Lo que Moreira está empujando es un ejercicio de transparencia: que cada funcionario de alto nivel rinda cuentas en público, frente a las y los diputados y, por supuesto, frente a la ciudadanía. La pregunta es si todos los secretarios aceptarán dar la cara en un año donde los números no siempre les favorecen.