Por Bruno Cortés

 

En la Cámara de Diputados, los debates se están calentando y no precisamente por gritos ni pancartas, sino por el reloj legislativo. El diputado Ricardo Monreal Ávila, coordinador de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política (la famosa Jucopo), decidió apretar el freno de mano a la discusión de una reforma constitucional que estaba a punto de votarse en la Comisión de Puntos Constitucionales. Su mensaje fue claro: no hay prisa, hay que debatir bien.

Monreal explicó que, desde el jueves pasado, se había circulado el dictamen que se pretendía discutir este lunes por la tarde, pero los coordinadores de otros partidos —PAN, PRI, PT, PVEM y Movimiento Ciudadano— le pidieron más tiempo para analizarlo. Y es que, según contaron, la convocatoria parecía un “albazo legislativo”, ese término que en la política mexicana significa aprobar algo al vapor, sin tiempo suficiente para discutirlo.

El morenista, con tono conciliador, dijo que no tiene inconveniente en darle unos días más al debate. “No estamos haciendo nada indebido —dijo—, y si nos asiste la razón política y moral, no hay por qué precipitar un tema tan importante”. En otras palabras, si el proyecto es bueno, aguantará el análisis.

También anunció que hablará con el autor de la iniciativa, el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar, para acordar ese pequeño “receso técnico” que permita escuchar más voces. Incluso, dejó abierta la puerta a un parlamento abierto, es decir, un espacio donde especialistas, académicos y ciudadanos puedan opinar antes de que los diputados voten. Una práctica que, aunque suena bien en el papel, no siempre se cumple a fondo.

Y ante la duda de si esto se trata de “congelar” el tema, Monreal fue enfático: “Nosotros no dejamos nada en la congeladora”. Según él, el objetivo no es enfriar la discusión, sino darle más aire y legitimidad.

Pero el legislador también aprovechó para poner sobre la mesa otros temas que vienen fuerte en la agenda del Congreso. Anunció que esta semana arranca la discusión de la nueva Ley General de Aguas, con consultas y audiencias públicas a partir del miércoles. Además, adelantó que también se trabajará en la Ley General de Salud y la Ley Arancelaria, tres proyectos que podrían mover mucho más que el debate político: tocan directamente la vida cotidiana, desde cómo se gestiona el agua hasta la atención médica y el comercio exterior.

En resumen, Monreal quiere evitar que las decisiones legislativas se tomen al vapor. Y aunque algunos lo vean como una jugada política para ganar tiempo, lo cierto es que en el Congreso mexicano los “días más” pueden hacer la diferencia entre una reforma con consenso o un madruguete legislativo.

El mensaje del líder morenista es que el Congreso puede tomarse su tiempo sin que eso signifique frenar al país. Pero en política, el tiempo también es poder, y saber cuándo acelerar o frenar es, quizá, el verdadero arte del oficio legislativo.

Por admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *