Por Juan Pablo Ojeda

La NFL arrancó su temporada con un capítulo histórico: por primera vez un partido oficial se jugó fuera de Estados Unidos en la semana uno, y el escenario fue Brasil. Ahí, los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes se toparon con una muralla llamada Los Angeles Chargers, que terminaron arruinando la fiesta con un triunfo sólido.

La defensiva angelina fue la clave del encuentro. Kansas City apenas pudo mover las cadenas en cinco de 13 intentos de tercera oportunidad y, aunque convirtieron un par de cuartas, esas jugadas se transformaron en los únicos puntos que lograron mantenerlos en la pelea. Pero cada avance parecía costar el doble, porque la defensa de los Chargers se plantó con disciplina y presión constante sobre Mahomes.

Del otro lado, Justin Herbert respondió con calma y efectividad. El quarterback de los Chargers conectó tres veces con sus receptores en la zona de anotación, marcando la diferencia en un partido donde cada error pesó. Kansas City tuvo dos chances de empatar: primero Harrison Butker falló un punto extra y después Mahomes no pudo completar una conversión de dos puntos. Los angelinos aprovecharon y ampliaron la ventaja con otra serie que puso las cosas cuesta arriba para los campeones.

Ya en el cierre, cuando parecía que los Chiefs podían orquestar un regreso heroico, Herbert se encargó de matar la esperanza. En una tercera y largo, antes de la pausa de los dos minutos, encontró a su receptor y aseguró el triunfo para Los Angeles, dejando a Mahomes y compañía con las manos vacías en el histórico debut internacional.

Ahora, los Chiefs tendrán que levantar la cabeza rápido porque en la semana dos reciben en Arrowhead a los Philadelphia Eagles en un duelo de poder a poder. Mientras tanto, los Chargers buscarán mantener el impulso cuando visiten a los Raiders en Las Vegas para el primer Monday Night Football de su campaña.