Tensión México-China: Beijing rechaza arancel del 50 % a autos propuesto por Ebrard

México arma defensa fuerte: propone llevar al 50 % los aranceles a autos chinos y productos importados de países sin TLC. ¿Protección industrial o golpe al bolsillo?

México dio el paso este mes para endurecer aranceles: propone elevar hasta el 50 % los impuestos de importación para autos ligeros procedentes de China y otros países con los que no tiene tratados comerciales. La intención es proteger a la industria nacional, pero la medida ha generado reacciones encontradas, desde apoyo hasta advertencias de represalias. Aquí lo que debes saber.

La Secretaría de Economía, dirigida por Marcelo Ebrard, presentó la iniciativa dentro del Paquete Económico 2026, que establece que los aranceles actuales, que rondan entre 15 % y 20 % para autos ligeros, podrían subir al máximo permitido por la Organización Mundial del Comercio.

Se aplicarían además nuevos gravámenes en autopartes (entre 10 % y 50 %), así como en otros sectores como textiles, electrónicos, acero, plásticos y calzado. En total son cerca de 1,400 fracciones arancelarias afectadas, equivalentes a aproximadamente 52,000 millones de dólares en importaciones, lo que representa alrededor del 8.6 % del total de compras al exterior de México.

China no se quedó callado. El portavoz Lin Jian, del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, acusó la propuesta de coercitiva, aseguró que socava los derechos e intereses legítimos de su país y llamó a México a mantener caminos de comercio justo.

Por su parte, en México se defiende la medida como un escudo para empleos nacionales y empresas locales. Se estima que más de 320 mil empleos podrían estar en riesgo si no se frena lo que el gobierno considera competencia desleal.

Los distribuidores de autos chinos, que han realizado inversiones importantes —60,000 millones de pesos en más de 800 puntos de venta y unos 32,000 empleos directos— advierten sobre los efectos que este impuesto tendría sobre sus operaciones, además del posible encarecimiento para el consumidor.

Otro aspecto clave: no todas las marcas serán igual afectadas. Marcas chinas como BYD, MG, Changan, GAC, entre otras, que traen vehículos directamente desde China, se verían directamente gravadas. Pero algunas armadoras “tradicionales” con plantas en México, o marcas que importan desde China pero ya tienen ciertos beneficios, podrían mantener algunos privilegios.

También surgen riesgos de inflación o encarecimiento de autos nuevos y refacciones, pues los incrementos en los aranceles pueden trasladarse al precio al consumidor.

En el frente político y geopolítico la jugada tiene varias aristas: representa un cambio de estrategia comercial más proteccionista, entra en juego con la presión de Estados Unidos para alinear políticas frente a China; además, genera señales a los inversionistas sobre producción local, proveedurías nacionales y el equilibrio de la balanza comercial.

En resumen, la medida tiene potencial para fortalecer la industria automotriz mexicana, generar más empleo local y moderar precios “demasiado bajos” de autos importados. Pero también acarrea tensiones diplomáticas, presión al bolsillo del consumidor y retos para cadenas de refacciones que hoy dependen de importaciones asiáticas.