La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue víctima de acoso en la vía pública cuando un hombre identificado como Uriel Rivera Martínez se acercó a ella sin consentimiento y trató de besarla mientras caminaba por calles del Centro Histórico de la Ciudad de México. El incidente quedó registrado en video y provocó indignación social y un debate sobre la seguridad y la violencia de género en espacios públicos.

De acuerdo con información de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), los hechos ocurrieron en la calle República de Argentina, a unos metros de Palacio Nacional, luego de que la mandataria concluyera un evento oficial en la zona. En las imágenes difundidas en redes sociales se observa que el sujeto se aproxima a Sheinbaum, la toca y posteriormente intenta besarla, lo que genera una reacción incómoda y de rechazo por parte de la presidenta.

Elementos de seguridad que acompañaban la caminata intervinieron de inmediato para separar al individuo y evitar una agresión mayor. Sin embargo, la acción fue insuficiente para impedir el contacto físico inicial, lo que generó críticas sobre los protocolos de resguardo de la mandataria.

Tras el incidente, Uriel Rivera Martínez fue detenido por personal de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México. Posteriormente fue puesto a disposición de la Fiscalía de Investigación de Delitos Sexuales para determinar su situación jurídica, informó la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX).

Organizaciones feministas y colectivos en defensa de los derechos de las mujeres condenaron los hechos y subrayaron que el acoso sexual es un delito, independientemente de la identidad o cargo de la víctima. Activistas recordaron que este tipo de agresiones son frecuentes y, en la mayoría de los casos, no se denuncian.

Políticos, funcionarias y representantes de la sociedad civil señalaron que lo ocurrido evidencia la urgencia de fortalecer medidas de seguridad para mujeres en espacios públicos, así como mejorar los protocolos de protección para figuras públicas.

Especialistas en seguridad y género señalaron que el caso debe analizarse no solo como una vulneración a la investidura presidencial, sino como ejemplo de una problemática estructural: la normalización del acoso sexual en entornos públicos y cotidianos.

El video del incidente continúa circulando en redes sociales, donde la mayoría de las reacciones coinciden en que este tipo de conductas deben sancionarse con rigor para contribuir a erradicar la violencia sexual en todas sus formas.

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