La población mexicana de 60 años y más está creciendo a un ritmo sin precedentes: actualmente son cerca de 17 millones de personas, equivalentes al 12.8% de la población nacional, y su presencia será cada vez más visible en todos los ámbitos sociales.

Así lo señaló Verónica Montes de Oca Zavala, coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez de la UNAM, quien destacó que por primera vez en la historia de la humanidad “somos tan longevos” y que este es el momento en que más generaciones conviven simultáneamente.

La especialista advirtió que para 2030, en entidades como la Ciudad de México y el Estado de México, las personas mayores representarán una quinta parte de la población, lo que plantea importantes desafíos sociales, económicos y sanitarios.

“La expectativa de vida al nacer se ha duplicado en los últimos 150 años, incluso en países con menos recursos. Pero el reto no es solo vivir más, sino vivir con dignidad”, subrayó Montes de Oca.

Retos ante el envejecimiento poblacional

Entre los principales desafíos que enfrenta México, la universitaria mencionó la seguridad económica de los adultos mayores, afectada por un sistema de pensiones privatizado que ha dejado a muchos sin una base sólida para su retiro.

Asimismo, apuntó que aunque ha crecido el número de especialistas en geriatría, no existe una cultura de prevención médica, lo que genera una creciente presión sobre los servicios de salud, muchas veces sin condiciones adecuadas para atender desde una perspectiva de derechos humanos.

“El envejecimiento no debe ser violento ni implicar una pérdida de identidad. Es un proceso biológico y social que debe mantener la dignidad y promover el bienestar”, enfatizó.

Invisibilización y maltrato

Montes de Oca alertó que en México al menos 16% de las personas adultas mayores sufre abandono o algún tipo de maltrato. En muchos casos, son excluidas del ámbito laboral por no considerárseles productivas, lo que las deja en situación de vulnerabilidad económica.

Además, señaló que existe una percepción social errónea de que las personas mayores representan una “carga”, lo que refuerza narrativas discriminatorias y violatorias de sus derechos humanos.

“Se tiende a patologizar la vejez. Se niegan los dolores del cuerpo y las enfermedades derivadas de la desigualdad; se infantiliza y se restringe su autonomía”, advirtió.

La feminización del envejecimiento

La investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM destacó que el fenómeno tiene un fuerte componente de género: “hay una feminización del envejecimiento”, pues las mujeres viven más años y predominan en los grupos de edad avanzada, aunque muchas enfrentan precariedad y soledad.

Dignificar la vejez: respeto, derechos y nuevas narrativas

Durante su participación en el Seminario Permanente de Bioética, Montes de Oca propuso que para dignificar la vejez se requiere:

  • Promover el respeto y la autonomía de las personas mayores.

  • Asegurar derechos como salud, vivienda y seguridad.

  • Cambiar la narrativa social que asocia la vejez con enfermedad o dependencia.

  • Reconocer los aportes y trayectorias de vida de quienes envejecen.

También resaltó la importancia de discutir temas bioéticos como la muerte digna y la necesidad de enfrentar las vulnerabilidades estructurales y simbólicas que acompañan el envejecimiento.

Finalmente, subrayó que la vejez también puede ser una etapa activa y significativa: “Hay personas mayores que dirigen albergues para animales, cuidan bosques comunales o preservan bancos de semillas. No todo en la vejez es precariedad; también es experiencia, sabiduría y vida plena”.

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